Josep
M. Jujol. Una aproximación
Arquitecto nacido en Tarragona en 1879 y muerto en Barcelona en 1949.
Estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y se inició en el mundo
de la arquitectura como ayudante de arquitectos plenamente modernistas, como Antoni M.
Gallissà y Josep Font Gumà. Desde 1904 tuvo contacto con Antoni Gaudí
y es a partir de la colaboración con este último que empieza una carrera
fructífera que tendrá una resonancia muy importante en su trayectoria. Francesc
Pujols, uno de los escritores más importantes de la época, intuyó
en 1927 que Jujol podía ser el más fiel continuador de la obra interrumpida
de Gaudí a causa de su repentina muerte en 1926, concretamente en el seguimiento
de la construcción del templo de la Sagrada Familia. Sin embargo, esto no será
posible.
Gaudí fue quien hizo participar a Jujol en las obras del Park
Güell, de la Casa Batlló, de la Casa Milá, de la Sagrada Familia, en
la reforma de la Catedral de Palma de Mallorca y también en los encargos de adorno
público, como el de los Juegos Florales de Barcelona (1907), en las inscripciones
en el arco de la calle de la Tapineria de Barcelona para el homenaje al Rey Jaume I (1908)
y en las conmemorativas farolas del centenario del nacimiento de Jaume Balmes en Vic (1910).
Además Gaudí transfirió a Jujol proyectos que le
habían encargado a él. Estos proyectos llegarán a ser fundamentales
en la producción y proyección profesional de Jujol. Son un ejemplo la reforma
del Teatro del Patronato Obrero de Tarragona (1908), la reforma de la tienda Mañach
de Barcelona (1911) y el asiento abacial para el padre Abad de Montserrat (1921). Y todavía
más, ya que encontramos que los vínculos entre ambos se mantienen en situaciones
como el autógrafo del álbum del Orfeó Català (1922) y en la
Exposición de Arte Litúrgico en la Sala Parés (1925). Durante estos
años Jujol hará, como arquitecto independiente, sus mejores obras, desde
la Torre de la Cruz en Sant Joan Despí (1913) hasta la Casa Planells (1923) en
Barcelona.
Al fecha de 1926 puede ser tomada como punto de inflexión en su
producción. Como ejemplo, se puede decir que desde 1926 Jujol amplía sus
múltiples actividades -hay que tener presente que desde 1910 es profesor en la
Escuela de Arquitectura de Barcelona y desde 1924 en la Escuela Técnica de Oficios
de Arte. En octubre de 1926 es denominado arquitecto municipal auxiliar en Sant Joan Despí,
actividad que desarrollará al lado de Gabriel Borrell que era el titular. A raíz
de su vinculación con el Ayuntamiento de Sant Joan Despí, Jujol dirige sus
intereses hacia una arquitectura más o menos modesta, de encargo, ligada a las
actividades empresariales de los constructores locales. Decimos locales porque además
de su vinculación con la empresa Xaus -del mismo municipio-, también trabaja
para otros empresarios constructores como Claramunt y Molins, ambos de Sant Feliu de Llobregat.
Durante este período Jujol llegará a trabajar en dos proyectos
bastante importantes: un edificio y la fuente monumental para la Exposición Internacional
de Barcelona de 1929 y el proyecto de urbanización del Samuntà en Sant Joan
Despí, iniciado en 1926. No consigue tener promotores importantes que reimpulsen
la proyección profesional que había tenido hasta entonces.
Otro punto de inflexión se desencadenó por la Guerra Civil
en 1936. En 1939, y durante los primeros años de la dictadura, no se produce su
relanzamiento, contrariamente al que muchos -incluso el propio Jujol- habrían deseado.
Una de las obras más importantes que pudo haber hecho habría sido la construcción
de la iglesia parroquial de Sant Joan Despí durante la década de 1940. Habiendo
realizado Jujol el correspondiente proyecto, finalmente el encargo fue traspasado a Josep
M. Ayxelà Tarrats. Aunque Jujol realizaría parte de la decoración
interior, también tuvo que acabar la construcción del edificio, asumiendo
la dirección de las obras de un proyecto que no había realizado.
Durante los años previos a su muerte, en 1949, Jujol comienza
una actividad bastante importante en la restauración de diferentes iglesias parroquiales
escampadas por muchos municipios de Barcelona y Tarragona, la mayoría de ellas
dañadas durante la Guerra Civil.
Lo que parece cierto es que estos encargos fueron fruto del conocimiento
mutuo con los rectores de las parroquias. Los vínculos de amistad, de nuevo, fueron
determinantes para conseguir siendo necesario, ni que fuera por trabajos bastante modestos.
Como conclusión podríamos decir que el ciclo profesional
de Jujol se cierra del mismo modo que empezó: si Jujol comenzó firmemente
su carrera al lado de Gaudí, también la acabó al lado de la obra
de quién le proporcionó un buen apoyo.
Hablamos de la iglesia de la colonia Güell, en la que Jujol, entre
1943 y 1947, pudo realizar el altar de la Sagrada Familia, así como otra serie
de elementos mobiliarios.
Montserrat Duran Albareda
Doctora en Historia del Arte
Sant Joan Despí, 22 de marzo de 2004
Autora de:
- Josep M. Jujol en Sant Joan Despí. Proyectos y Obras (1913-1949),
Fotografias de Xavier Miserachs, CMB y Ayuntamiento de Sant Joan Despí, Barcelona,
1987
- Josep M. Jujol. L’arquitectura amagada, Fotografías de
Albert Fortuna. Barcelona, 2003.
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