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Fotografías de © Jaume Mestres |
El Palau Güell (1886-1890)
Para la realización de los distintos trabajos decoración Gaudí se rodeó de grandes artistas de distintos campos; por ejemplo, los hermanos Badia, Juan Oñós y Salvador Gabarró, en los trabajos de la forja del metal; Alejo Clapés, en las pinturas; Julián Soley y Edualdo Puntí, carpinteros y ebanistas, y los hermanos Ventura como marmolistas. El Palacio Güell fue un centro social ya que, como se ha comentado anteriormente, en él se celebraban conciertos, fiestas y reuniones literarias y artísticas. Además fue visitado por personalidades, como por ejemplo el presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland, la Infanta Eulalia de Borbón o la reina regente, Mª Cristina de Habsburgo. Cuando Eusebi Güell se trasladó a vivir al Park Güell, el Palacio fue gestionado por los hijos, y cuando murió, pasó a pertenecer a su hija Mercè. A medida que pasaba el tiempo fue más difícil mantener el edificio por lo que la pequeña de los Güell decidió ponerlo en alquiler. La gente de Barcelona temió que la obra de Gaudí pasara a ser un prostíbulo de lujo y enseguida se le busco utilidad como posible Museo de la Música Antigua. Está idea no se llevó a cabo y en 1936, al empezar la guerra Mercè se marchó al exilio, y el palacio fue confiscado y convertido en comisaría. Después de la guerra se empezaron los trámites para pasarlo a una entidad pública, siendo, en 1945, adquirido por la Diputación de Barcelona. Mercè Güell, a parte de pedir una pensión vitalicia, puso tres condiciones: que el edificio no fuese nunca desfigurado o demolido, que se destinara a una finalidad cultural o artística, y que perpetuara homenaje a su creador, Gaudí, y a su promotor, el primer conde de Güell. En 1945 se realizó la primera restauración que consistió básicamente en reparar los desperfectos ocasionados por la guerra así como la restauración de piezas desgastadas por el paso del tiempo. En 1971, se inició otra restauración que duró hasta 1979 y se centró en el terrado, en la carpintería, en la ebanistería y en la herrería. Actualmente el Palau Güell es el inicio de la Ruta Modernista de Barcelona.
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