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© Carlos Martínez
| Escuelas
de la Sagrada
Familia
(1908-1909)
En la esquina entre las calles Sardenya y Mallorca
del solar de la Sagrada Familia se encuentra ubicada una pequeña
edificación construida por Gaudí con ladrillo catalán
(29x14x4 cm.) entre 1908 y 1909: las Escuelas de la Sagrada Familia.
Pese a ser una construcción provisional destinada a la enseñanza
para los hijos de los albañiles que trabajaban en la construcción
del templo, está considerada una de las obras más importantes
de la arquitectura gaudiniana.
Ocupa un espacio de 24 x 12 metros y su altura máxima es de 6
metros. Como ya hemos dicho, su estructura se basa en paredes realizadas
con dos gruesos de ladrillo catalán colocados verticalmente tomados
con mortero, y en su interior, tres pilares metálicos sostienen
una viga en doble T sobre la que se apoya la cubierta, de 3 gruesos
de ladrillo.
Uno de las particularidades de este pequeño edificio es la ondulación
de sus paredes y su cubierta. La primera, permite que la fina pared
adquiera rigidez, y la segunda, que además vuela y resigue el
perímetro, forma un vierteaguas que consigue evacuar a lado y
lado de una forma muy original. La ondulación de la cubierta
corresponde a la de un conoide para cuya formación se permite
cualquier curva como una de las dos directrices. En este caso, las paredes
son las directrices y las viguetas, que se apoyan en las paredes y sobre
la viga en doble T, son las generatrices. La forma de esta construcción
la hace enormemente resistente y es de una genial racionalidad.
El edificio se levantó sobre un zócalo de mampostería
de piedra y el pavimento interior lo forma una solera de piedra en seco
que evita el paso de la humedad. Las oberturas eran de madera, con muchas
ventanas, basculantes para mejorar la ventilación. En cada extremo
se añadían unos pequeños departamentos dedicados
a servicios, con acceso directo al patio de juego.
Las escuelas estaban formadas por tres aulas que se mantenían
como espacios diferentes a partir de un cancel de acceso con doble puerta
exterior y otra que daba al aula central. En ellas estudiaban entre
44 y 56 alumnos.
El aspecto externo presentaba una gran sencillez y ésta era su
intención. El coste de construcción tenía que ser
mínimo y Gaudí hizo posible que se realizara con simplicidad
y eficacia. Se sabe que el edificio costó unas 9000 pesetas de
la época, que seguramente aportó el propio arquitecto.
Durante la Guerra Civil Española el edificio fue incendiado dos
veces; la primera fue en 1936 y el ayudante de Gaudí, Sugrañes,
fue el encargado de reconstruirlas. La segunda vez ocurrió al
final de la Guerra (1939) y las reparó el arquitecto Francisco
de Paula Quintana que, siguiendo los criterios racionalistas de la época,
modificó totalmente el aspecto del edificio.
Las Escuelas cumplieron su papel durante 50 años y se cerraron
a finales de los años 80. Durante un tiempo, el espacio estuvo
ocupado por las oficinas del Templo de la Sagrada Familia y su interior
no podía visitarse.
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