Actualmente no tenemos ninguna duda del destacado papel de Antoni Gaudí en
el ámbito de la arquitectura y la estética contemporánea. Pero
este reconocimiento que ahora nos parece tan evidente, no se inicia claramente hasta
el año 1956 con la exposición Gaudí celebrada en el “Saló del
Tinell” de Barcelona, organizada por la asociación Amics de Gaudí –Amigos
de Gaudí- . Hasta entonces su personalidad artística era ignorada
o víctima de las críticas del sector que dominaba los medios de comunicación;
Gaudí era juzgado como “poco funcional”. El arquitecto sólo era considerado
por su círculo más cercano y por algún que otro intelectual
y artista. Uno de ellos fue Salvador Dalí.
Tenemos muestras evidentes del interés –casi obsesivo- y de la admiración
que desde muy pronto Dalí siente por Gaudí, y que le duró toda
su vida. El acto “Dalí ante Gaudí” , que el pintor ampurdanés
protagonizó el 29 de septiembre de 1956 en el Park Güell, es una muestra
más de este compromiso adoptado por el pintor con el arquitecto, que además
ayudó a dar un importante empujón al gaudinismo a nivel internacional.
De hecho, aquel día Dalí reencontró a Gaudí en medio
de un marco claramente significativo e incomparable, y con un objetivo más
que loable: ayudar a los Amics de Gaudí en su propuesta de consolidar
y difundir el conocimiento de la figura y la obra del arquitecto tarraconense; y
más concretamente, para recaptar fondos para la citada exposición Gaudí en
el Tinell.
La intención de esta pequeña exposición “Dalí en el Park
Güell” inaugurada en la Casa-Museo Gaudí es celebrar el Año Dalí,
haciendo memoria del vínculo establecido por Dalí con Gaudí, tan
valioso para la difusión y consolidación del gaudinismo. |