La pieza, que el párroco de la Colònia Güell había vendido, fue adjudicada por 385.000 euros.
Uno de los bancos que construyó Antoni Gaudí para la cripta de la ColòniaGüell fue subastado la semana pasada en París por la casa Sotheby's. La obra del famoso arquitecto catalán, uno de los 20 bancos que originalmente tenía el templo, fue adjudicada a un comprador desconocido por 384.750 euros.
La pieza subastada, de madera ensamblada con ajustes y enclavijado. fue diseñada personalmente por Gaudí y realizada por el carpintero Tomàs Bernat, bajo la supervisión del genio modernista, entre marzo y abril de 1913. La parte metálica se hizo con el arte del remachado, que dominaban tanto su abuelo como su padre, ambos forjadores.
Los 20 bancos, que según la factura original costaron 20 pesetas cada uno, aparecen citados en los inventarios y en las fotografías de la cripta desde 1915, cuando se consagró la iglesia, hasta 1974. Ese año entran en el inventario 15 bancos, por lo que se dan por desaparecidos cinco. Uno de ellos es el subastado.
Según datos que constan en el archivo parroquial, el marchante de arte Pedro Uhart ofreció al párroco dos millones de pesetas por cada uno de los cinco bancos desaparecidos, aunque no se ha podido encontrar una factura que acredite la venta. La pieza, a partir de 1973, perteneció a Uhart, que lo vendió a una galería de Versalles. Más tarde lo adquirió en París el galerista Jean-Marie Rossi, que entonces estaba casado con Carmen Martínez-Bordiu, nieta de Franco.
Sin noticias hasta el martes
En la Colònia Güell no se tuvieron más noticias de los bancos desaparecidos hasta que el pasado martes la representante de Sotheby's en Barcelona se puso en contacto con el actual párroco de la iglesia, Joan Rossell, pidiendo información para poder determinar la autenticidad del banco, como finalmente se hizo.
La Conselleria de Cultura de la Generalitat, que no tiene competencias para intervenir en el tema porque se desarrolla en un país extranjero, elaboró un informe sobre la situación y la procedencia de la pieza a subastar, que fue pasado al Ministerio de Cultura. Pero la gravedad de la crisis económica ha dificultado la posibilidad de una adquisición por parte de cualquier administración pública española.
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