Un incendio sin víctimas en la Sagrada Família podía haber sido mucho peor en su jornada más tensa en los últimos años. Poco antes de las 10.30 horas, un hombre de 65 años, José María L.S., provisto de varios mecheros y un espray de aceite, se introdujo en la sacristía del Naixement de la cripta donde reposan los restos de Gaudí.
Es escandaloso humo que se produjo obligó a desalojar a los 1500 turistas que en esos momentos se encontraban en el interior y cerrar la basílica.
El hombre fue detenido y la basílica se reabrió por la tarde como si nada hubiera ocurrido.
Los desperfectos no son cuantiosos pero según manifiestan los directivos de la Sagrada Familia esto les obligará a replantearse la cuestión de la seguridad.
Sin duda por un motivo u otro la Sagrada Familia siempre está en el candelero de las noticias.
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