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Fallece Enric Bernat, fundador de la firma confitera Chupa-Chups, propietaria
de la Casa Batlló
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Enric
Bernat fue el inventor del famoso caramelo redondo con palo, "chupa-chups",
que salió al mercado en 1958 y dio nombre a una próspera
empresa |
El fundador
de la multinacional catalana Chupa Chups, Enric Bernat Fontlladosa, murió
el sábado a la edad de 80 años tras sufrir una grave enfermedad
durante los últimos dos años que le había apartado
de sus negocios. Bernat será enterrado hoy en el cementerio de
Les Corts de Barcelona, después de un velatorio previsto para las
11.45 horas de la mañana en la capilla 2 del Tanatorio de Les Corts,
según confirmaron fuentes del centro fúnebre.
Enric Bernat
introdujo en el mercado español el primer caramelo redondo con
palo de la marca Chupa Chups en 1958 y lo fabricó Granja Asturias,
SA. Seis años más tarde la empresa cambió su denominación
a Chupa Chups y se estableció una flota de distribución
que alcanzaba más de 300.000 puntos de venta.
Familia
de confiteros
Enric Bernat Fontlladosa nació en Barcelona el 20 de octubre de
1923. Nacido y criado entre dulces, su abuelo, Josep Bernat, se convertía
a mediados del siglo XIX en el primer confitero que elaboraba caramelos
en España. Por su parte, su padre, Romá Bernat, constituyó
en la posguerra la firma de galletas La Gloria, donde tuvo uno de sus
primeros trabajos como vendedor.
No obstante,
sus comienzos hay que buscarlos en la sociedad quesera Massanes i Grau,
en la que hizo de todo: aprendiz, dependiente, administrativo y viajante.
Entre tanto trabajaba, realizó hasta 4º de Bachillerato y
luego, tres cursos de Comercio.
Finalizado
el servicio militar, en 1950 inauguró su primera empresa confitera,
Productos Bernat. A esta sociedad, especializada en la elaboración
de peladillas, estuvo vinculado hasta 1954, en que el empresario Domingo
Massanes le propuso hacerse cargo del grupo Granja Asturias, dedicado
a la fabricación de productos relacionados con la manzana.
Entre 1956
y 1957 tuvo la idea de hacer un caramelo que se pudiera agarrar con un
palo. La inspiración le vino de dos hechos: el mayor consumidor
de caramelos es el público infantil y éste acostumbra a
sacarse el dulce de la boca con la mano.
La decisión
de Bernat de destinar la producción de Granja Asturias al nuevo
producto despertó el recelo de sus socios, que decidieron desentenderse
del nuevo proyecto. Pese a quedarse sólo, Bernat se lanzó
de lleno a su nueva aventura, que nació con el nombre de Chups.
Para asegurarse la rentabilidad del producto, en 1959 adquirió
todas las patentes que pudieran competir con su invento. Luego pasó
a aprovisionarse de la madera necesaria para la elaboración del
caramelo y a contratar la maquinaria adecuada.
Curiosamente
fijó un precio sensiblemente alto para aquellos tiempos, a fin
de asociar el nuevo producto con la imagen de calidad que él deseaba.
En 1961, el
nombre de la golosina quedó definitivamente concretado en Chupa
Chups. Bernat se remitió al anuncio con que se presentaba al público:
Es redondo y dura mucho, Chupa Chups.
Tres años
más tarde reconvertía Granja Asturias en Chupa Chups, SA,
cuyos socios eran, a parte de él, su padre y su mujer. Se iniciaba
así el camino de esta empresa estrictamente familiar.
Ante el éxito
de la idea, en 1967 se construye una nueva fábrica en Sant Esteve
de Sesrovires (Barcelona), cuya producción, unida a la planta asturiana,
sitúan a la compañía en disposición para exportar.
Con la vista
puesta en los mercados exteriores, el producto necesitaba de un nuevo
logotipo, del que, por una tarifa millonaria, se encargó de realizar
Salvador Dalí, y que daría la vuelta al mundo. En ese momento,
también se sustituye el palo de madera por uno de plástico,
más higiénico y seguro.
Implantación exterior
El sueño
de Bernat sobrepasaba las fronteras españolas y, en el mismo año
que nace la planta catalana, funda la Societe Bernat et Cie. en Bayona,
Francia.
A mediados
de los sesenta, inaugura una filial comercial en Nueva York para la distribución
en Estados Unidos y, a finales de la década, inicia la aventura
japonesa, que se concreta con un exitoso lanzamiento en 1977.
La década
de los setenta supone un replantamiento en la compañía.
En 1974 expira la licencia de patente industrial y, en ese mismo año,
aparecen numerosos fabricantes de caramelos con palo, a los que se da
genéricamente el nombra de Chupa Chups y a un precio más
bajo. Además se produce un parón interior en las ventas,
que coincide con un espectacular ascenso en las exportaciones.
Para recuperar
el mercado interno, en 1981 nace Chupa Chups Diversificación y
unos años más tarde, en 1986, Comercial Regalín,
dedicada a la producción de caramelos, grageas, regaliz y otros
productos de confitería.
Los ochenta
se inician con la reconversión de las oficinas comerciales en distribuidoras
propias. En Estados Unidos se crea Uniconfis Corp.; en Alemania, Uniconfis
GMBH pasa a llamarse Chupa Chups GMBH; y en el Reino Unido, Chupa Chups
UK. En 1988, la empresa alcanza la mítica cifra de 20.000 millones
de unidades vendidas en todo el mundo. Al año siguiente, Bernat
afronta la aventura soviética a partir de la sociedad mixta Neva
Chupa Chups Ltd. En 1995, la filial rusa ubicada en San Petersburgo factura
casi 3.000 millones de pesetas.
AGENCIAS
Gaudí&Barcelona Club
Lunes, 29 Diciembre 2003
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