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Los genios nunca mueren, son eternos
Conmemoración. Las celebraciones en la ciudad
natal de Dalí, el gran pintor surrealista, fueron suspendidas por las fuertes lluvias
El 11 de mayo de 1904 nació Salvador Felipe Jacinto Dalí
Domenech. El enamorado de Lorca también rumbeó con una colombiana. Pinceladas
de un gran artista egocéntrico cuyo centenario se celebra en los museos del mundo.
Con la fotógrafa y ex modelo colombiana Dora Franco, quien en ese entonces era modelo
de la Casa Ford, se divertía en la discoteca neoyorquina Studio 54.
La explosión de la bomba atómica, el 6 de agosto de 1954
lo estremeció al punto que desde entonces el átomo se volvió un elemento
central de sus pensamientos y los descubrimientos científicos de la época
empezaron a adquirir gran importancia en sus pinturas.
Llegó a afirmar en una entrevista con el hispanista e historiador
Ian Gibson: “¡Dígales que yo fui surrealista antes de conocer a Gala!”.
Y es que aparte de la relación que tuvo con su esposa Gala, se dice que el único
gran amor de Salvador Dalí fue Federico García Lorca.
Estas son tan sólo algunas pinceladas que retratan un poco la vida
del hombre del bigote emblemático, Salvador Felipe Jacinto Dalí Domenech,
cuyos cien años de nacimiento empezaron a celebrarse desde ayer en su país
natal.
Sin embargo, las fiestas en Figueras, ciudad en la que nació el
11 de mayo de 1904, se vieron empañadas por la lluvia, que obligó a suspender
numerosos actos, como los conciertos de grupos de música locales y orquestas de la
región y el reparto entre los visitantes de pan, vino y azúcar, alimentos
preferidos del pintor.
Lo que sí tuvo lugar ayer en Madrid fue la actuación de una
veintena de miembros de los Tambores de Calanda, que tocaron frente a la casa de Figueras
donde Dalí nació el 11 de mayo de 1904 y murió en 1991. Posteriormente,
se inauguró una escultura dedicada al pintor.
Además, se presentó un montaje de espectáculos a los
que, en los años 40 en Nueva York, Dalí impregnó su fantasía,
como ‘El sombrero de tres picos’, de Manuel de Falla.
Por su parte, el servicio de Correos de España emitió un sello que reproduce
la obra de Dalí ‘Autorretrato con cuello rafaelesco’, de 1922.
También la ministra de Cultura española, Carmen Calvo, viajó
de la provincia de Gerona a la población natal de Dalí para pronunciar un
emotivo discurso: “Los genios nunca mueren, son eternos y, si Dalí está
vivo en museos y libros de arte, donde está más vivo es aquí. Hay que
sentirse felices de que Dalí haya existido y de que se haya incorporado a la lista
de los grandes genios”.
Y así se consideraba él mismo: “Cada mañana,
cuando me levanto, experimento una exquisita alegría, la alegría de ser Salvador
Dalí, y me pregunto entusiasmado: ¿qué cosas maravillosas logrará
hoy este Salvador Dalí?”.
Personalmente se encargó de advertir a sus seguidores lo extravagante,
lo inesperado y lo paranoico de su arte, cuando llevó al cine con su amigo Luis Buñuel,
en la película Perro Andaluz el impresionante primer plano de un ojo que es cortado
con una navaja y vertiendo del iris sus líquidos internos.
Como un cirujano creó una nueva mirada estética, basada en
su método paranoico-crítico, que partió de las ideas de Sigmund Freud
y consiste, según Dalí: “en retomar los recuerdos sepultados en el inconsciente.
Yo los desentierro y hago con ellos los cuadros más provocadores, enigmáticos
y enajenados... algo fantástico como era de esperarse, hechos por mí”.
Excluido por los surrealistas de su época, solía decir que
él sí lo era en cuerpo y alma. “Llegué a los Estados Unidos huyendo
de la guerra. Tuve fama y dinero. Fui el rey de los escándalos”.
Actualmente, el dibujante excepcional, de un facilismo quepareciera irritante,
que no perdió ocasión para hacer sentir su presencia por su capacidad de trasformar
lo cotidiano en sorprendente, es homenajeado en museos de España, Estados Unidos,
Holanda e Italia.
Diario
El Pais - Colombia
Miércoles 12 de mayo de 2004
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