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Dalí genial, tras los pasos de un surrealista
"¡Dígales que yo fui surrealista antes de conocer a Gala!",
fue la petición con que el pintor Salvador Dalí terminó su entrevista
con el hispanista e historiador Ian Gibson poco antes de morir.
Ahora, Gibson ha investigado en la familia, la infancia y juventud del
artista para desentrañar cómo llegó a crearse el personaje Dalí
y cómo evolucionó su pintura al surrealismo, desde el impresionismo y el cubismo,
en un periodo de seis años.
La nueva biografía Dalí joven, Dalí genial de Ian
Gibson (Dublín, Irlanda, 1939) bucea en los aspectos personales de uno de los padres
del surrealismo y también explica sus cuadros con numerosas notas aclaratorias, fotografías,
dibujos, pinturas y cartas.
Su investigación se centra en el periodo que va desde el nacimiento
del pintor catalán y sus raíces familiares hasta 1930; antes conoció
a la que sería su musa eterna, Gala, compró la barraca de pescadores de Port
Lligat (Gerona), que se convertiría en su casa, y creó obras que figuran entre
las más extraordinarias de su carrera artística.
Gibson sostiene que con la aparición de Gala en la vida de Dalí
se puede decir que ha acabado su juventud. En esa época se siente capaz de conquistar
el mundo y es miembro con pleno derecho del movimiento surrealista, al lado del cineasta
Luis Buñuel. Gala conoce los entresijos del mundo artístico parisino y se
empeñará en convertir a su amante en el artista de más éxito
de su generación.
Pero Dalí ya ha pintado cuadros que nunca superaría y, a
partir de ahí empieza a copiarse a sí mismo. Por ello esta biografía
acaba en ese punto y pretende introducir al mejor Dalí, al fabuloso de la década
de los 20 que culmina con cuadros como El gran masturbador y Senicitas .
Dalí no continuó creciendo
El problema de lo que se ha llamado "envejecimiento prematuro de Dalí"
es que en 1940 Dalí continuó en la corriente surrealista, cuando el expresionismo
abstracto ya se había impuesto. En esas fechas, la simbología de Dalí
se reproduce incansablemente por medio mundo, su reloj blando se convierte en el icono más
representado, así como sus elefantes de largas patas y sus insectos. "Dalí
está obsesionado por lo comercial y sólo quiere impresionar dijo Gibson, así
sus creaciones se repiten hasta el aburrimiento y envejecieron pronto porque Dalí
no continuó creciendo, se estancó".
El ensayo del hispanista, afincado en España desde hace casi 30
años, quiere profundizar "en el Dalí que me parece más fascinante
dijo, el joven que fue antes de meterse en el mundo comercial y prostituirse".
No es la primera vez que la figura del genial pintor es abordada por el
historiador irlandés, especialista en la vida del poeta granadino Federico García
Lorca y ciudadano español desde 1984. En 1998 publicó La vida desaforada de
Salvador Dalí y, en 1999, Lorca-Dalí, el amor que no pudo ser.
En este ensayo el lector puede descubrir sus antecedentes familiares, se
investigan los orígenes de la familia, seguramente moriscos, en el pueblo de Llers,
y cómo el padre se hace notario, se casa con Felipa Doménech y se traslada
desde Barcelona a Figueres, ciudad de notable tradición artística, literaria
y científica.
Se explican los detalles de su infancia y adolescencia. Dalí nació
el 11 de mayo de 1904, poco después de la muerte de un hermano mayor, que llevaba
su mismo nombre. Gibson cuenta el ambiente en que creció y sus pasos por los escenarios
del Ampurdán (Gerona), Figueres, la llanura del Alto Ampurdán, Cadaqués,
así como por Madrid, Barcelona y París.
Dalí fue un caso de típico niño mimado, un aspecto
que le ha ayudado a esclarecer los escritos, cartas y diarios de Dalí, recogidos
en su Vida secreta y Diario de un genio , así como las múltiples declaraciones
de quienes le conocieron: "Terco como una mula cuando se trataba de conseguir lo que
él quería. Fue adorado, adulado, mimado y acicalado, el indiscutido gallo
del corral hasta la llegada de su hermana Anna María, en enero de 1908. Luego, los
años de escuela entre celos y caprichos".
Una invitación a salir y ver
Gibson intenta que este libro sea práctico, que produzca entusiasmo
al lector no especializado para conseguir que salga a ver los cuadros de Dalí que
cuelgan en los museos y vaya a los lugares donde estuvo el pintor, como la madrileña
Residencia de Estudiantes o el Cabo de Creus (Gerona), donde el pintor se inspiró
en su búsqueda de la imagen doble.
Dalí joven, Dalí genial es un mapa que sitúa la figura
del catalán desde el punto de vista humano pero también desde el punto de
vista artístico, con excepcionales descripciones de sus cuadros, en unos años
que fueron cruciales para explicar al personaje en que se convirtió después,
una etapa en que su pintura evolucionó del realismo de sus primeras obras a sumergirse
en el surrealismo, pasando por el impresionismo y el cubismo de su admirado héroe
Picasso.
Tarea ardua. Porque Gibson explica que "todo en Dalí era enigmático".
Pero lo que está claro para él es que el artista tuvo que crear un personaje
estrafalario y exhibicionista para superar su tremenda timidez y enmascarar el hecho de
que no podía ser tan fuerte como su padre.
Creo que fue homosexual y ?voyeur?
"Dalí era más homosexual que otra cosa según
Gibson, y era un voyeur que tenía temor a la ternura, sólo se dejaba tocar
por Gala. Temía a su padre, un machista radical cuyos gritos se oían en todo
Cadaqués cuando se enfadaba".
La relación con su padre, que era una conocida personalidad en Cadaqués
por su profesión de notario, fue siempre difícil. Su progenitor era un hombre
enérgico, violento, dominante e impredecible a quien Dalí admiraba y temía
al mismo tiempo.
Buscaba una máscara que le ayudara a huir de la posibilidad de la
locura. La explicación es que se consideraba a sí mismo como hijo del feroz
viento de su patria chica, la tramontana, que puede afectar a las emociones con la misma
violencia con que trastorna el mar y el campo.
Galo Dalí Viñas, abuelo paterno del pintor que, harto del
azote del temido viento, escapó a Barcelona y se suicidó a los 36 años.
Esta tragedia fue silenciada en la familia y Dalí no conoció la historia hasta
los 26 años, justo en 1930. Al pintor parece que le afectó profundamente ese
suicidio: su abuelo estaba loco y él tenía miedo a haber heredado esa tendencia
que había en la familia.
"Toda su personalidad estrambótica era una defensa contra ese
miedo a la locura", opinó el hispanista.
Cuando Gibson entrevistó a Dalí en 1986, el artista le pidió
encarecidamente que le dijera al mundo que él era surrealista antes de conocer a
Gala. Era verdad, porque en esa época Dalí tenía 25 años y ya
era un convencido surrealista: había pintado La miel es más dulce que la sangre
. Esa es una de las misiones del libro.
EFE
Martes 11 de mayo de 2004
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