BARCELONA. La semana anterior fue como si todos los centros de arte se pusieran de acuerdo
para inaugurar a la vez: la retrospectiva de Tàpies en el Macba; la revisión
de Riera Ferrari en la Gothsland; tejidos mayas en la Fontana d´Or de Caixa de Girona;
pintura portuguesa en la Fundació Caixa Catalunya; «Interfunktionen»
en la Fundació Miró o la Bienal de Arte Contemporáneo, en Lleida.
Poco a poco vamos a ir haciéndonos eco de todo ello.
Y por si fuera poco aparecen en escena las citas que protagonizarán buena parte
del calendario de este año: Dalí y el Fórum. Dos eventos que además
de su interés cultural van a saltar en los medios por su éxito de público.
En Barcelona acaba de arrancar una muestra dedicada a presentar y analizar las principales
fuentes estéticas y literarias de Dalí. Realmente la muestra merece atención.
No sólo porque en la media tarde del primer día de apertura al público
-el viernes pasado-, se superaban ya las cuatrocientas personas, sino por la cantidad
y calidad de las piezas seleccionadas.
La otra muestra que se ha anunciado aún esta en fase de concepción, pero
es una de las grandes apuestas expositivas del Fórum de las Culturas, que se celebrará
en Barcelona, desde el mes de mayo. La exposición en cuestión es «Voces»,
una apuesta dedicada a reivindicar la conservación de las más de 5000 lenguas
que integran la diversidad lingüística del planeta. Vicenç Villatoro,
comisario de la muestra, explicó que el diseñador neoyorquino Ralph Appelbaum,
está trabajando en el proyecto de una estructura en forma de cúpula, de
12 metros de altura y 30 de diámetro, que integrará una visión panorámica
de la diversidad lingüística y de las formas de comunicación y entendimiento
de la Tierra. Según afirman los responsables de la muestra, esta podrá recibir
1000 visitantes por hora. Pero todo esto será a partir del mes de mayo. Por ahora
nos quedamos con la muestra dedicada a Dalí.
Amigos y afinidades
La muestra dedicada al artista surrealista se puede ver en el Palau Moja, en plena Rambla.
«Afiniadades electivas» reúne doscientas cincuenta obras, entre dibujos,
pinturas, fotografías, libros, correspondencia. Si recientemente, en Sabadell,
pudimos adentrarnos en una perspectiva global al surrealismo, en esta exposición
de Barcelona, se concretan las influencias directas sobre la obra de Dalí. La comisaria
Pilar Parcerisas ha personificado los referentes creativos del artista. Así encontramos,
tanto una magnífica representación de piezas creadas por el artista ampurdanés,
como otras tantas vinculadas a su círculo de referencia: André Bretón,
Marcel Duchamp, Man Ray, Dora Maar, Lidia Nogués «la Ben Planatada»,
De Chirico, Lorca y por supuesto, Gala. Tambien encontramos ensayos de Sigmund Freud,
Francesc Pujols, la literatura paranoica de Raymond Roussel y la referencia a la obra
gaudiniana. Un señor paseo por el fundamento del viaje daliniano al territorio
del inconciente, las memorias reprimidas, las excentricidades y las formas fantásticas
que lo han universalizado.
La muestra es prolífica en dibujos y grabados. Un medio de expresión excepcional
que nos descubre el concepto gráfico del artista, presidido por el trazo firme
y claro de la plumilla o del làpiz, bien definido. Apuntamos que esta mirada delineante
de la realidad onírica. quizás sea la raíz para el estilo posterior
característco de la obra de un Joan Ponç o similares. Asimismo intuimos
uno de los maestros para Dalí: en la serie de grabados que conforman la serie «Los
Cantos de Maldoror», el dibujo tiende a economizar el trazo y a prescindir de ornamentación,
en un modo que evoca al de la Suite Vollard de Picasso.
La muestra presenta también varios dibujos preparatorios que permiten entender
el método de trabajo del artista y nos recuerda el hábito de artistas formados
en las antiguas academias, como ha mostrado la ya finalizada exposición sobre Mariano
Fortuny, con un trabajo precedido de rigurosos esbozos y estudios preparatorios.
El surrealismo pasa por Dalí
Detrás de la técnica labrada que conforma el estilo de Dalí admira
su agilidad por materializar un mundo poblado de figuras y perspectivas al margen de la
lógica, reflejo de tantas elucubraciones y deseos dionisíacos. No extraña
su situación preeminente dentro del grupo surrealista, y su amistad con André
Bretón. La muestra recuerda obras surgidas en el seno del grupo: las puertas de
Dalí para la galería de Bretón -mostradas a través de fotografías
de Dora Maar- o el juego de ajedrez que le encargara Marcel Duchamp, en los años
sesenta. La muestra es, sin duda, una buena ocasión para entender mejor la obra
de Dalí y reconciliarse con sus extrañas maneras.