Hija del barrio barcelonés de Gracia, de familia artesana, hereda de ésta su facilidad por los trabajos manuales.

En su pequeña torre cercana a Barcelona se desarrolló su fiebre gaudinista y empezó a transformarla en un segundo Park Güell. Como al albañil que la construía le era muy difícil interpretar lo que quería Mercè, en un momento determinado ella se hizo cargo totalmente de las obras. Se matriculó en una escuela de cerámica para adquirir los conocimientos de este arte y poder desarrollar su gran deseo, construir "trencadís". No solamente fabricaba sus propias losetas de cerámica con sus colores particulares, sino que personalmente y en lo que llama su trabajo de albañil, ha colocado más de 875.000 plaquitas cerámicas, una por una, en los jardines, muros y terrazas de la que hoy es la Torre Els Dracs.

Madre de tres hijos, ha dedicado estos últimos doce años a completar los trabajos, incorporando el estilo gaudiniano hasta en la piscina y la barbacoa, que no existían en la época del maestro Gaudí.