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Cooperativa
La Obrera Mataronense (1878-1883)
Las relaciones personales de Gaudí con las mujeres prácticamente se limitaron a las mantenidas con sus parientas y las monjas que cuidaron a su sobrina Rosita Egea cuando ésta ya estaba muy enferma. ¿A qué se debió esta castidad que mantuvo durante toda su vida? La mayoría de autores estudiosos de la obra de Gaudí afirman que fue a partir de un desengaño amoroso que sufrió en los años 1880 con una chica de Mataró, Pepita Moreu. Se dice que Gaudí se enamoró de Pepita y que la visitaba a menudo. Pero cuando decidió pedirle matrimonio, resultó que ella ya estaba comprometida y rehusó la proposición. El arquitecto se llevó la peor sorpresa de su vida y desde entonces se dedicó por completo al amor por su obra y por Dios. Pepita era profesora en la escuela de una cooperativa textil de Mataró, llamada La Obrera Mataronense, propiedad de Salvador Pagès, el cual encargó a su amigo Antoni Gaudí la realización de distintos proyectos para mejorarla. Gaudí realizó entre 1878 y 1883 dos casas para los trabajadores, una sala de blanqueo industrial, unos servicios sanitarios y el estandarte de la compañía. Se conservan dos planos de un casino (local social) y de la casa del portero que Gaudí proyectó pero que llegaron a realizarse. En ellos vemos edificios con semisótano, planta baja y un piso, realizados con ladrillo visto, y con cenefas decorativas en zócalos, dinteles y cornisas. Para acceder al piso superior del casino desde el jardín diseñó una escalera helicoidal apoyada sobre pilares y arcos de tocho. En las paredes Gaudí incluyó leyendas de fraternidad y bondad, tales como "¿Quieres ser un hombre de ciencia? Sé bondadoso", "Compañero, sé solidario, prática la bondad" o "No hay nada más inmenso que la fraternidad". Y el estandarte que diseñó representava un rusco con las abejas, que son grandes trabajadoras, volando entre los hilos de un telar y alrededor de flores y plantas. En él se podía leer "Cooperativa Mataronense" escrito con unas preciosas letras gaudinianas. Era tan detallado que las hermanas Moreu, que eran las encargadas de bordarlo, le pidieron a Gaudí que hiciera más dibujos puesto que aquél era demasiado complicado. Pero lo más destacable constructivamente de esta obra es la estructura de la sala de blanqueo, con una docena de arcos parabólicos realizados con tres capas de tablones de madera a tapajuntas unidos con roblones, que dejan un espacio libre muy amplio, ideal para una indústria. Los arcos parabólicos son los más lógicos y mecánicamente equilibrados puesto que la parábola es la forma resultante de un estado de cargas uniformemente repartidas según el ancho del arco. Por tanto, las paredes no tienen función estructural y se realizaron simplemente con tochos de medida catalana colocados a panderete. Actualmente solo se conserva parte de esta nave y dos retretes que hay en el exterior de dicha nave. Los arcos de la nave están cortados por un lado a causa de una ampliación de la calle; mientras que los servicios están bastante deteriorados. Éstos tienen decoraciones con cerámica en el dintel y la parte inferior de la cubierta. Para su correcta ventilación disponen de ventana y de un conducto que sale por la cubierta a modo de chimenea. El Ayuntamiento de Mataró se ha sumado a la celebración del Año Internacional Gaudí en calidad de población asociada y está realizando una adecuación de la zona para hacerla visitable durante el 2002. Además estudiarán la posibilidad de organizar y promover un programa de actividades entorno a la figura del genial arquitecto. Estos elementos forman parte del patrimonio municipal de Mataró y son considerados Bienes Culturales de Interés Nacional.
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