Antecedentes
A
fines de 1999, mi novio Ignacio Cerezo Laporta valenciano-
y yo Carolina Rojo, fundamos una empresa de reciclaje
y restauración. Nos movió a ello el estado de
abandono en que están muchos de los más lindos
edificios de Buenos Aires. Así, puestos a predicar con
el ejemplo, elegimos para nuestras oficinas el coronamiento
de un edificio centenario, a escasos 100 metros del Congreso
Nacional (Las Cortes). El mismo se compone de 4to. piso y azotea
con cúpula. Con un pequeño aporte inicial y las
utilidades que fue generando la empresa, fuimos restaurando
la cúpula y reciclando la terraza que estaban en estado
de total abandono, hacía mas de sesenta años.
Contamos para ello con la colaboración de dos socios
del Club Gaudí, el profesor Felipe Romeo y el arquitecto
Fernando Lorenzi, ambos a cargo del proyecto y la dirección
de las obras. El proyecto inicial era hacer oficinas en el 4to.
piso, un home-office en tres niveles conectando la oficina principal
del 4to piso con los dos niveles de la cúpula y un show-room
en la terraza.
La
elección del estilo
Las
fachadas (1.600 m2 aproximadamente) no tenían misterios,
se trataba de restaurar los ornatos faltantes, sellar las grietas
y terminarlo con piedra parís en su tono original. La
decisión difícil era ¿qué hacer
con los 250 m2 de la terraza?
Desde
el comienzo nos llamó la atención la cantidad
y la calidad de los ornatos, hechos en todos los materiales
que contiene la casa, mampostería, hierro, madera, mármol
y todos con un solo motivo dominante; el escudo de Cataluña.
Pensar en Gaudi fue automatico, sobre todo si recordamos la
fecha de la construcción, 1905/7; en las soluciones estructurales
de vanguardia (el ferrocemento no se conocía entre nosotros);
el remate de la cúpula en "trencadis" de cerámica
vidriada nunca visto antes en Argentina. Todo esto sumado al
hecho que el constructor fue un argentino hijo de catalanes,
el Arquitecto-Ingeniero Rodríguez Ortega contemporáneo
de Gaudi y diplomado en Charlotemburg, Alemania. Nos hace pensar
que si los diseños no son de Gaudi, (cosa que creemos)
en mucho ha inspirado a nuestro compatriota el genio de Reus
-incluso consultamos a Bassegoda Nonell vía mail al respecto
y prometió investigar en profundidad el caso-.
Y
la decisión fue unánime; hacer un show-room gaudiano
reproduciendo, con las limitaciones que nos distancian, su estilo
inigualable. Y lo hicimos. Si fuésemos autocríticos
ante los inevitables errores, podemos decir que lo que nos faltó
de idoneidad nos sobró de voluntad.
Este
es nuestro homenaje al hombre que todavía nos hace soñar
contemplando sus obras.
Aprovecho
la ocasión para poner a disposición del club,
nuestro espacio gaudiano en Buenos Aires.
Maria
Carolina Rojo
|