El Liceu tiene previsto
programar en el 2004 la ópera "Gaudí", que quizá se estrene en el Grec
2002. El teatro de la Zarzuela de Madrid presentará "Dalí" en el 2004;
el Liceu no se ha decidido.
Gaudí y Dalí
van a la ópera
BARCELONA. Gaudí y Dalí están preparados para subir
a escena, convertidos en sendos protagonistas de dos nuevas óperas.
Y llaman a las puertas del Liceu, o de cualquier teatro que quiera escucharles,
después de haberse encarnado en los correspondientes libretos y partituras.
Dos artistas geniales, dos catalanes universales,
servidos por los textos de dos escritores de reconocida valía, Josep
Maria Carandell (Barcelona, 1934) y Jaime Salom (Barcelona, 1925) y
por la música de dos destacados compositores de la llamada generación
del 51, Joan Guinjoan (Riudoms, 1931) y Xavier Benguerel (Barcelona,
1931). Es propósito del Liceu programar la ópera "Gaudí" para octubre
o noviembre del 2004, y lograr una coproducción. En este caso, el estreno
podría producirse antes, en el verano del 2002, en el Festival del Grec.
Respecto a "Dalí", en el Liceu hay interés en programarla,
pero sin ninguna decisión tomada, aunque se ve con buenos ojos la idea
de la coproducción. El teatro de la Zarzuela de Madrid muestra buena
disposición a programarla para enero del 2004 y también desea la coproducción.
¿Será difícil un acuerdo entre ambos teatros? Recordemos
que el año Gaudí es el 2002 y que el año Dalí es el 2004.
La ópera "Gaudí", dividida en dos actos, con una duración
total de unas dos horas, fue acabada en 1992 y sólo la anormalidad de
la vida musical de este país ha hecho que no haya sido estrenada todavía.
Tanto Carandell como Guinjoan, tan ligados a las tierras tarraconenses,
se sintieron atraídos fuertemente por la personalidad de Antoni Gaudí
(Reus, 1852-Barcelona, 1926) y poco a poco arrastrados sin remedio por
su genio. Carandell, autor de unas cuarenta obras, ha dedicado cuatro
libros al reusense y está trabajando desde hace años en una extensa
biografía del arquitecto.
Para el libreto de la ópera -en catalán- parte, como
idea matriz, de la grieta que en el paso del siglo XIX al XX se produce
en la historia de la cultura y en el mundo del arte, de modo que en
el pensamiento nuevo las cosas ya no son, ni se sienten, tan firmes
y seguras como antes. Símbolo perfecto de ello es Gaudí, un Gaudí más
realista y más imaginativo. Y con él, el "trencadís" (recomposición
artística con materiales fragmentarios).
Guinjoan ha tenido un respeto absoluto por el texto,
rinde culto a la melodía, hace que las voces canten (hay monólogos,
dúos y tríos), introduce -aunque desfigurados- elementos populares de
la zona Riudoms-Reus y ha procurado que la música aguante por sí sola
y se asimile como música de escena. El lenguaje es pantonal. Hay melodismo
-con puntos de referencia-, bastante percusión y equilibrio entre voz
y orquesta. Hay también varios "leit-motives" a la lo largo de la obra,
pero se huye de caer en el tópico por agradar al público. El coro está
tratado polifónicamente. Y la plantilla es para orquesta a tres, con
cuatro percusionistas y los timbales.
Al final de la primera escena del segundo acto se
sitúa el ballet "Trencadís" (ruptura y recomposición), ocho minutos
y medio de espléndida, intensa y poderosa música que hemos escuchado
en el master de un próximo disco que se presentará en Barcelona en marzo.
"Creemos haber hecho -dicen libretista y compositor- una ópera española,
catalana y gaudiniana. Con una primera parte descriptiva, parte expresionista."
La ópera "Dalí" (título provisional), dividida en
cuatro actos -unidos de dos en dos, con una pausa en medio- y con una
duración de cerca de dos horas, estará lista para junio próximo.
Jaime Salom (autor de cuarenta obras de teatro, entre
las cuales "Casi una diosa", sobre Gala, la esposa del pintor) recoge
en su libreto en castellano los grandes momentos en la vida del ampurdanés
(Figueres, 1904-1989): 1) Gala y Dalí se conocen en París, ambos marchan
a Cadaqués; se enamoran. 2) La pareja está en Nueva York; la relación
se afianza; introducción en los círculos millonarios de la ciudad. 3)
Años de triunfo; grandes baños en dólares; el mundo excéntrico de Dalí.
4) Gala en Púbol; acude allí su enamorado de "Jesucriso Superstar";
muerte de Gala; Dalí, solo, muere, entre llamas.
"Se trata -según Salom- de una historia realista y
surrealista. Escrita con instinto de escritor dramático. Un repaso general
a la vida de Dalí, de su pintura frente a la de los demás." Benguerel
ha compuesto una música íntimamente ligada al texto. En un lenguaje
atonal y utilizando en lo instrumental aquello que más le ha interesado
de todo el siglo XX, el compositor encuadra esta partitura en la línea
que viene siguiendo desde los años 80 ("Llibre vermell", "Te Deum").
Las voces cantan de forma "natural".
Hay gran cuidado con las tesituras y máximo respeto
de las alturas. Existen fragmentos muy líricos "a solo" (no arias a
la italiana en el sentido tradicional), en los que afloran los sentimientos,
y tres coros (de máscaras surrealistas, de directivos de los almacenes
de la Quinta Avenida, de millonarios). Y en el acto tercero hay un ballet
inspirado en el circo erótico de las orgías dalinianas. "La voz es rica
como para que se produzca naturalmente -afirma Benguerel-. Si la música
no se comprende, no cumple su objetivo. No confundir esto con hacer
concesiones. La música es mi palabra."
José Guerrero Martín
La Vanguardia
18 Febrero 2001
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