La restauración del Park Güell.
Lea un interesante artículo publicado en L'INFORMATIU
El Park Güell (1900-1914)

El pabellón de la izquierda tenía que ser el destinado a servicios, con teléfono y sala de recibimiento para las visitas que no eran de bastante confianza como para dejarles entrar en los chalets. En su cubierta encontramos una torre de casi 17 metros de altura que sigue el diseño de un hiperboloide reglado entrelazado con una doble hélice y recubierto de un mosaico arlequinado de colores azul y blanco. El pabellón de la derecha tenía que ser la vivienda del conserje y consta de dos pisos más buhardilla. Para realizar algunas partes de las cubiertas usó elementos prefabricados, que permitían mayor flexibilidad en las fases de diseño y construcción.

Pasados los dos pabellones a la derecha podemos ver una especie de gruta que servía de refugio para los carruajes y los caballos en días lluviosos. Algunos autores dicen que Gaudí se inspiró en la cripta del Monasterio de Sant Pere de Rodes, en la provincia de Girona. La gruta se sostiene por una columna central que se ensancha a medida que va subiendo imitando la forma de una copa.

En frente de la entrada una gran escalinata doble de dos tramos simétricos interrumpidos por rellanos nos acerca a la Sala Hipóstila y al teatro griego. Los dos tramos están separados por tres isletas de formas orgánicas: la primera a modo de gruta, la segunda con una cabeza de reptil saliendo de un medallón con la bandera de Catalunya, y una tercera en forma de dragón multicolor. A los lados de la gran escalera podemos contemplar unos mosaicos cóncavos y convexos, recubiertos de cerámica de Manises los primeros y con nítida cerámica blanca los segundos, que se prefabricaban sobre moldes ondulados a base de diversas capas de ladrillo o de baldosa encima de mortero de cal. Estas piezas prefabricadas de "trencadís" eran realizadas directamente por los albañiles a su libre parecer; Gaudí solamente les guiaba y escogía los que le parecían más adecuados. Los que no, se guardaban para mejor ocasión.

La Sala Hipóstila, que tenía que haber sido el mercado de la urbanización, está formado por un conjunto de 86 columnas clásicas de 6 metros de altura y 1'30 de diámetro, con la parte inferior recubierta de cerámica blanca y el resto de piedra rústica grisácea. Las columnas exteriores están inclinadas para asegurar un mayor monolitismo de la estructura y en las interiores faltan cuatro en cuyo lugar hay los plafones que Jujol diseñó. Entre las columnas hay dinteles de hormigón armado que dividen el forjado en cuadrados en los que se inscriben unos casquetes esféricos que están recubiertos, también, de cerámica blanca. El teatro griego es una gran explanada que se apoya encima de la Sala Hipóstila y de la montaña, y está delimitada por el maravilloso banco curvilíneo, en el lado de mar, y por un paseo semicircular a distinto nivel, en el lado de montaña. Las curvas de este banco son debidas a la disposición de las columnas que lo sustentan así como también por las ideas orgánicas que tenía Gaudí; de esta manera daba vida a la obra. Además los pequeños hemiciclos que forma permiten la formación de tertulias a los concurrentes. Aquí se celebró un festival en beneficio del Amparo de Santa Lucía, una fiesta escolar con motivo del 50º aniversario de los Jocs Florals y otra fiesta para el I Congreso Internacional de la Lengua Catalana. El drenaje de esta explanada se conseguía sin desniveles; el agua pasaba a través del suelo y discurría hasta las enjutas de los casquetes esféricos anteriormente comentados, que desaguaban a través del alma hueca de las columnas de la Sala Hipóstila, hasta un depósito subterráneo de unos 1200 m3, debajo del porche dórico.

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