La Sagrada Familia actualmente
Estado de las obras a principios de 1897
|
La
Sagrada
Familia (1882-?)
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia fue idea de un librero, José María Bocabella, hombre culto y devoto que en 1866 fundó la Asociación Espiritual de Devotos de San José, que tenía por objetivo alcanzar, mediante la protección de San José, el triunfo de la Iglesia Católica en una época en la que el fenómeno de descristianización se veía propulsado por la Revolución Industrial y sus cambios sociales. En 1872, Bocabella fue a Roma para hacer una ofrenda al Santo Padre, y de regreso de este viaje pasó por Loreto donde pudo observar su preciosa iglesia. Allí fue donde tuvo la idea de hacer un templo expiatorio en Barcelona dedicado a la Sagrada Familia como réplica del que vio en esa población italiana. Desde 1876 Bocabella buscaba un solar céntrico para edificar su templo, y a punto estuvo de conseguirlo, ya que la Duquesa de Almenara Alta iba a donar uno que ella tenía pero murió antes de realizar tal donación. Se tuvo que buscar entonces un solar más alejado del centro ya que el presupuesto del que disponía la Asociación era escaso. El solar que se adquirió por 172.00 pesetas fue uno de 12.800 m2 que ocupaba la manzana limitada por las calles Marina, Provenza, Mallorca y Sardeña. En 1877 el arquitecto Francisco de Paula del Villar se ofreció a realizar gratuitamente los planos. El proyecto de Del Villar era totalmente neogótico: una iglesia de tres naves, con cripta orientada según los ejes ortogonales de la manzana. La primera piedra se colocó el 19 de Marzo de 1882, festividad de San José. Gaudí tomó la dirección de las obras oficialmente el 18 de Marzo de 1883 (aunque ya había intervenido un año antes) a causa de unas discrepancias entre Del Villar y la junta, representada por Juan Martorell Montells. Resulta que Del Villar petendía hacer los pilares de sillería, mucho más caro que hacer el interior de mampostería y recubrirlo luego con sillares, y entró en discusión con Martorell porqué este le recriminaba que se gastaría mucho dinero innecesario con su proyecto. Entonces el professor de arquitectura mandó una carta a Bocabella diciéndole que si no se seguían sus instrucciones dimitiría de su cargo. Bocabella no tuvo más remedio que aceptar su dimisión porqué el presupuesto del proyecto provenía de donaciones y no podía malgastarlo. Más tarde del Villar reclamó unos honorarios que nunca se pactaron ya que, como hemos dicho, él se había ofrecido voluntario para realizar los planos del templo sin recibir nada a cambio. La junta decidió pasar la dirección de las obras a Martorell, el cual, en vista de lo sucedido, propuso el joven Gaudí como sucesor del cargo que ostentaba Del Villar. Gaudí había colaborado en alguna obra de Martorell. A la Junta le pareció bien y el joven arquitecto (¡tan sólo contaba 31 años!) tomó la dirección de las obras enseguida. En esos momentos se estaban haciendo los pilares y sólo un par de ellos llegaban a la altura de los capiteles. Modificó el proyecto de Del Villar haciendo unos capiteles más naturalistas y abrió un foso alrededor de la cripta para tener luz y ventilación directa.
|