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La Cripta Güell, en el centro de la polémica Realizar una intervención en una obra siempre resulta un acto que será juzgado por muchos, y si esta obra es además proveniente de un genio de la arquitectura como lo fue Antonio Gaudí, los comentarios en contra pueden llegar a crear escándalos. Marisol Paredes La colonia Güell, ubicada en la comarca del Baix de Llobregat a unos 20 km de Barcelona, es una pequeña colonia obrera establecida junto a la fábrica textil del conde Eusebi Güell en el año 1882 en la población de Santa Coloma de Cervelló. El barrio ocupaba aproximadamente unas 30 hectáreas, donde las viviendas de los obreros se extendían alrededor de la fábrica en un trazado regular. El señor Güell había previsto todo tipo de servicios para los obreros de su fábrica y entre éstos no podía faltar una iglesia. Para ello, se encomendó al arquitecto catalán Antoni Gaudí la construcción. Su proyecto debía ser una cripta con un pórtico —aprovechando el desnivel del terreno— y una capilla de cuatro pisos de altura a la que se llegaría a través de una escalinata por encima del pórtico. Las obras no empezaron sino hasta finales de 1908 y justo cuando se estaba terminando la cripta y eran comenzadas las paredes de la capilla, la construcción fue suspendida a causa de la muerte del conde Güell en 1914. La maqueta, así como las fotografías y los planos permanecieron intactos en la caseta de los obreros, hasta que en 1936, al estallar la Guerra Civil Española, fueron quemados y destruidos. En esta iglesia, Gaudí, al tener completa libertad de diseño, aprovechó para comprobar las teorías que acabarían de definir su estilo propio. En ésta podemos observar los sistemas constructivos aplicados posteriormente a su obra magna, la Sagrada Familia, como por ejemplo: las columnas inclinadas de la cripta y la configuración morfológica y constructiva del pórtico de entrada a partir de paraboloides hiperbólicos. Además de las primordiales innovaciones arquitectónicas y constructivas, la iglesia de la colonia Güell incluye también numerosos ejemplos del dominio de Gaudí de las artes aplicadas, tanto en lo que se refiere a los elementos del mobiliario como a los puramente ornamentales. Un suspiro de actualidad El proceso de restauración al que se ha sometido la Cripta Güell, como todas las restauraciones de obras del destacado Antoni Gaudí, ha sido tema de discusión y gran polémica. En este caso, un sector de la sociedad civil catalana —los integrantes de la Comisión Asesora Internacional, gaudinistas y algunos especialistas en restauración— se han declarado totalmente en contra de las reformas llevadas a cabo. A raíz de este intenso debate han surgido diferentes organizaciones como la Plataforma Disbarat a la Colonia Güell, integrada por 50 intelectuales catalanes y la ya consolidada SOS Monuments, encabezada por Salvador Tarragó, ex presidente de la organización Amics de Gaudí. En conjunto, han hecho pública su inconformidad en la prensa y en diferentes espacios donde se ha debatido el tema abiertamente. Las inconformidades y protestas giran alrededor de algunos temas en común; por ejemplo, por las reformas hechas en el exterior del recinto que incluyen: la sustitución de cubiertas por una terraza que otorga al edificio terminado el carácter de una ruina arqueológica, eliminación de la escalera principal y el monolito al pie —lo que para estas organizaciones constituye el retrato de la soberbia del arquitecto restaurador—. Asimismo, los fosos laterales excavados y los modernos materiales, los cuales anulan el efecto de creación telúrica surgida de la tierra roja del edificio que poseía; el vallado del recinto y el sistema de ticket de entrada que contradice la tradición de iglesia parroquial de acceso directo o la disposición de lujosos materiales de pavimentación del pórtico que ridiculizan la modestia de los materiales rústicos utilizados por Gaudí. Sobre el interior, cuestionan la demolición de los muros que dividen el museo del almacén, revocado con cemento de bovedillas de ladrillo visto, pérdida de pátinas, enyesado de arcos, cambio del pavimento y la intención de destrucción de todo el sistema de aislamiento y ventilación del subsuelo. Lo cierto es que dicha restauración está basada en un estudio minucioso y profundo sobre la totalidad del recinto, pues tanto el arq. González Moreno Navarro como su equipo de trabajo se han dedicado a estudiar tanto los materiales que utilizó Gaudí como el sistema constructivo que lo compone. Aunque la motivación inicial para la restauración de edificio fue la de tapar una gran cantidad de goteras, el equipo de restauradores creyó necesario contemplar dentro de una visión de conjunto todos los problemas acumulados con el paso de los años, entre ellos, las previas intervenciones al espacio. Aunado a esto, se pensó en realizar una restauración que no sólo dejará la cripta en un buen estado —a nivel estructural y de detalles en los acabados—, sino que hiciera del conjunto arquitectónico un lugar de atracción al público en general, donde éste pudiera apreciar el valor arquitectónico y constructivo de esta magna obra de Gaudí. Para ello, uno de los objetivos fue dar al edificio y a su entorno una nueva imagen coherente con su significación colectiva y local de manera que el inmueble en activo garantizara a los usuarios la seguridad y servicios necesarios. Una visión particular En el lugar en que debían haber arrancado los escalones se ha colocado un monolito de granito negro de 360 x 40 cm, en donde están inscritas las fechas 1908–2002, lo cual indica el principio y fin de la construcción del edificio, no las de las obras de Gaudí, acompañadas de la palabra "Amén", lo que ha sido altamente criticado. Este monolito tiene la función de bloquear el antiguo acceso a la cubierta, ya que la escalera que construyó Gaudí en el sector noreste del recinto se conserva en un estado deficiente —más adelante será restaurada— y la longitud de huella no permite considerarla una escalera pública. Por este motivo se pensó en la construcción de una nueva escalera en el sector sudeste que comunica con la cubierta que en realidad es la planta de la iglesia, la cual debía estar en el segundo nivel. Lo cierto es que las diversas críticas a la reformas de la cripta Güell por parte de las organizaciones están basadas en argumentos pobres y vagos en comparación con el trabajo de investigación y difusión que ha llevado a cabo el arquitecto encargado de la obra y su equipo de colaboradores. La serie de modificaciones que se han hecho en conjunto con la restauración del edificio han sido pensadas en función de poder ofrecer al visitante recorridos, perspectivas y percepciones totalmente inéditas que apoyan a la mejor comprensión y apreciación de este legado de la arquitectura catalana. Además de ser una restauración que no pretende imitar en ningún momento las formas de Gaudí, es una intervención que resalta la diferencia entre las reformas y los elementos originales y que no sólo se ocupó de recuperar el edificio, sino de dotarlo de un nuevo significado para quien lo visita.
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