La Casa Calvet está situada en el número 48 de la Calle Caspe de Barcelona y se compone de sótano,
planta baja, cuatro pisos y azotea transitable a la catalana.
Según Cèsar Martinell, los fabricantes de tejidos Hijos de Pedro Mártir Calvet encargaron la realización
del edificio a Antoni Gaudí basándose en "la garantía de éxito y la modernidad que [Gaudí] representaba" y
quizás influidos también por la afinidad de ideas políticas con Eduard Calvet, que era militante catalanista
en la Solidaritat Catalana.
El proyecto tiene fecha de marzo de 1898 pero hasta enero del año siguiente no se obtuvo la licencia municipal
debido a que los planos que Gaudí entregó al Ayuntamiento fueron rechazados por el arquitecto municipal porqué
el edificio superaba la altura máxima permitida en aquella calle. Como respuesta, Gaudí retornó los planos con
una línea roja que cortaba la coronación de la fachada a la altura exigida, amenazando que si no le permitían
edificar su proyecto inicial, el edificio quedaría bruscamente interrumpido. No hubo réplica, quizás gracias
a Eduard Calvet, y las obras siguieron la idea original de Gaudí.
Pese a este problema con la Administración, el inmueble recibió el premio al mejor edificio terminado en
1900 que reunía mayores méritos artísticos.
La estructura está formada por paredes de carga sobre las que se apoyan jácenas y vigas en celosía de
hierro, en planta sótano y planta baja, y viguetas de madera en el resto de forjados.
La composición de la fachada principal, de sillería parcialmente desbastada de piedra arenisca de
Montjuïc, se basa en los ejes que marcan las aberturas de los balcones. En la abertura central de la
planta principal encontramos una tribuna barroca con barandillas de hierro forjado y relieves que
representan diferentes clases de setas, a cuya recolección era aficionado el señor Calvet.
En la parte inferior de dicha tribuna observamos la inicial del apellido del propietario, junto con
el escudo de Cataluña y un ciprés, que es símbolo de hospitalidad.
Más abajo vemos la enorme puerta de madera de la entrada con el curioso picaporte, un detalle de forja
de gran dificultad de ejecución, que representa una cruz que golpea a un chinche, símbolo del mal.
Si volvemos a mirar hacia arriba, observamos que los balcones que quedan a lado y lado de la tribuna,
van más volados y su losa es trilobulada. Estos balcones marcan dos ejes que corresponden con los hastíales
de la parte superior de la fachada. Estos están agujereados, dejando paso a dos balconcillos con las grúas
para subir los muebles. En lo alto de los hastíales hay dos bolas del mundo sobre peanas con el año de
terminación del edificio grabado, y encima de ellas, dos cruces de cuatro brazos.
Por último, en los ejes opuestos a los ejes de los hastíales, aparecen tres bustos que representan a
San Pedro Mártir, patrón del señor Calvet, y San Ginés notario y San Ginés histrión, patrones de su pueblo
natal, Vilassar de Dalt.