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La Sagrada Familia se abrirá al culto en septiembre de 2010 |
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El número de visitantes baja el 27% y el presupuesto es de 18 millones de euros
Cuando unas obras se eternizan y parece que no acaban nunca, el dicho popular asegura que “duran tanto como las de la Sagrada Familia”. Joan Rigol, presidente del patronato, afirmó ayer que en septiembre de 2010 ya no se podrá decir. En esa fecha el interior del edificio estará acabado y la Sagrada Familia empezará a utilizarse para el culto de forma regular. De hecho, las obras acabarán antes. A la espera de ver si se hará como con la catedral, en la que el acceso sólo es gratuito en las horas de misa, los ingresos del templo expiatorio no peligran pese a la crisis. En febrero ha continuado el descenso del número de visitantes (un 27% menos) iniciado hace meses, pero los responsables de la junta confían en que el año acabará con una bajada media de sólo el 15%, lo suficiente para mantener el ritmo de las obras, en las que trabajan 120 personas y que este año tienen un presupuesto de 18 millones de euros. A partir del lunes, una enorme grúa subirá a 45 metros de altura las piezas del encofrado que se ha fabricado en Gaià (Bages) para construir la hiperboloide de hormigón y cristal de Murano que dará luz al ábside y al altar principal. “Se montará, si no hace viento, como un mecano” dice el jefe de obras, Ramon Espel. Esta estructura será la base de la torre de la Virgen y en su interior se colocará un pantocrátor también de cristal de Murano. El cambio será espectacular, asegura Espel, cuando empiecen a desmontarse los cinco kilómetros de andamios que ocupan el interior. La nave principal, el crucero, el transepto y el ábside están casi acabados, pendientes de la unión de los ventanales y las bóvedas con las torres de la fachada de la Gloria (en la calle de Mallorca). En el crucero están terminadas las 25 linternas que lo iluminarán y se trabaja en la estructura que soportará la torre de Jesucristo, que tendrá 173 metros)dos metros menos que Montjuïc, ya que Gaudí pensaba que la obra humana no podía superar a la de Dios). Jordi Bonet, arquitecto jefe de las obras, explicó que el arzobispado trabaja en el mobiliario para la liturgia, como la sillería del coro, el púlpito y el altar, que se hará con un bloque de pórfido de tres metros. | |
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