Destacan de Gaudí arquitectura interior
Se incluyen reproducciones, maquetas y ambientaciones que pretenden recrear los
espacios que construyó en
Barcelona
La arquitectura de líneas ondulantes y formas inspiradas en la naturaleza que
desarrolló el español Antoni Gaudí (1852-1926) en su natal Cataluña,
abarcó no sólo la construcción de la estructura de los edificios,
sino el diseño y decoración de cada uno de sus detalles interiores.
Nacido en una familia de tradición herrera, Gaudí acostumbraba a revisar
minuciosamente las tareas de forja del hierro que efectuaban sus asistentes, e incluso
participaba con sus propias manos en la talla de la madera de los muebles, dado que los
carpinteros y ebanistas de la época jamás habían visto soluciones
tan atrevidas y novedosas.
Planteada como una superficie que imita las ondulaciones de los seres vivos, donde Gaudí decía
que no hay ni una sola línea recta, la puerta de la Casa Batlló -construida
entre 1905 y 1907 en el Ensanche de Barcelona- fechada en 1906, es una de las piezas originales
que el Antiguo Colegio de San Ildefonso exhibe en la muestra Gaudí. Artista de
siempre, que se inaugurará el 22 de febrero a las 20:00 horas.
"Gaudí fue un arquitecto integral que ideaba los espacios arquitectónicos
en su totalidad. Las características peculiares y únicas de su arquitectura
necesitaban de un mobiliario específico, que él mismo creaba", explica el
arquitecto Carlos Flores Marini, uno de los curadores de la muestra, quien es miembro
de la Real Cátedra Gaudí de España.
De la Casa Batlló, rediseñada por Gaudí sobre un edificio de 1875,
el recinto exhibe -pendiendo del techo- las jambas de madera de roble fechadas en 1906
que sostuvieron la puerta en el piso principal del inmueble, cuyas formas circulares evocan
las redondeces de la piel de los animales.
Menos sorprendente es la puerta de la Casa Milá (1906 1912), dado que su rectitud
y cierta austeridad contrasta con las olas bravías que componen la fachada de este
famoso edificio -conocido como La Pedrera- declarado Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO en 1984 junto con el Parque y el Palacio Güell.
Entre los elementos mobiliarios originales de la exposición se encuentra también
una loseta decorativa y una teja, ambas de 1902, de la Finca Miralles (1901); fragmentos
de parquet de 1910 que cubrieron la Casa Milá; azulejos de la Casa Batlló y
una mesa de la Casa Calvet (1898-1904).
En las formas soñadas y la decoración fantástica de estos objetos,
que pertenecen a la colección de la Real Cátedra Gaudí, se puede
evidenciar que la inspiración del arquitecto abreva de la mezcla entre su propia
imaginación, la admiración por las formas orgánicas de la naturaleza
y el conocimiento profundo de sus leyes.
"Gaudí tenía un lema: 'si en la naturaleza se sostiene, (el edificio)
se tiene que sostener'", expresa Flores Marini, quien, incluso reconoció una influencia
del arte maya en algunos elementos decorativos gaudianos, que probablemente le pudo llegar
a través de los viajes a México que efectuaron algunos colegas de sus mecenas.
La muestra incluye también los 57 planos originales que se salvaron del incendio
del archivo que resguardaba la obra de Gaudí durante la Guerra Civil Española
(1936-1939); entre ellos destaca un dibujo de la Casa Batlló firmado por el creador.
La información fotográfica, en video y documental que narra las etapas
del trabajo arquitectónico de Gaudí, está enriquecida con reproducciones,
maquetas y ambientaciones que tratan de recrear los espacios que construyó el catalán.
Una réplica de un banco forrado de azulejos, una ambientación de las columnas
torcidas del Viaducto -ambos en el Parque Güell-, una reproducción del interior
de la Sagrada Familia y una copia a escala de una chimenea de la Casa Milá envuelven
a las salas del recinto de una cierta atmósfera barcelonesa.
Por Sergio R. Blanco
El Universia México
Viernes 18 Febrero 2005 |