El Palau Güell cierra durante dos años para rehabilitar sus estructuras
J.M. HUERTAS
El Palau Güell, la obra más antigua de Antoni Gaudí, cerrará sus puertas
este viernes para ser sometido a una rehabilitación de sus estructuras, según confirmó ayer
Jaume de Puig, quien tiene a su cuidado tan magnífico edificio por cuenta de la Diputación
de Barcelona, que es su actual propietaria. Las obras durarán dos años.
"La Universitat Autònoma de Barcelona ha llevado a cabo un estudio que ha revelado la necesidad
de una intervención en profundidad. El cemento con que se hizo en su día ha dado de sí todo
lo que podía dar", explicó De Puig. "De paso levantaremos los planos de sus estructuras,
planos que ahora no existen". La rehabilitación será llevada a cabo por el Servei de Patrimoni
Arquitectònic Local de la Diputación, que está a cargo de Antoni González,
arquitecto que ya realizó la restauración de la azotea y otras partes de la casa en 1994.
Daniel Giralt-Miracle, que fue comisario del año Gaudí en el 2002, no se sorprendió por
la noticia: "Ya sabíamos entonces del mal estado que presentaba, sobre todo la cúpula.
Cayeron algunas piedrecitas y eso nos alarmó, pero se optó por efectuar primero el estudio
que ahora debe haber determinado el cierre temporal del palacio".
De Puig lamenta el cierre, "sobre todo porque han visitado esta maravilla de Gaudí alrededor de
un millón de personas en diez años, pero era menester solventar de una vez por todas los
problemas del edificio". Recordó que después de la gran restauración de 1994 ya
hubo que cerrar otra vez para cambiar toda la instalación eléctrica, que no cumplía
la normativa de seguridad.
El Palau Güell fue construido por Antoni Gaudí entre 1885 y 1890 por encargo de
Eusebi Güell
como residencia familiar, cuando aún el Eixample no entusiasmaba a la aristocracia barcelonesa.
Una galería unía la casa con la de Joan Güell, padre de Eusebi, que vivía
en la Rambla. La cúpula, las chimeneas, alguno de los salones e incluso las caballerizas
mostraron ya el talento del joven arquitecto.
En 1954 Mercè Güell vendió a la Diputación la casa, que fue habilitada
como Museu del Teatre durante unos años. Después, su decadencia obligó a emprender
una restauración del patio de manzana, que reveló sus formas espectaculares, y de
la azotea.
La Vanguardia
Martes 28 de Septiembre 2004 |