Los estudiantes del Emilio Alarcos embellecen el instituto con mosaicos
«La primera vez que llegué aquí, se me cayó el alma a los
pies». Belén Mier, profesora de dibujo del Instituto Emilio Alarcos describía
ayer de esta manera tan gráfica su impresión al conocer el centro, en 1992.
Por entonces, no existía el barrio de Moreda, una barrera de vías les separaban
de El Natahoyo y el instituto estaba situado literalmente «en la escombrera que
dejó la vieja factoría siderúrgica».
De aquel susto hace ya doce años, tiempo en el que el barrio y el instituto han
sufrido una radical transformación. Cientos de alumnos han aportado su granito
de arena, a través del Programa de Embellecimiento del Entorno, que está
liderado por los profesores Belén Mier, Rosario San Juan, Javier García,
Marisa Díez y Mari Luz Cienfuegos.
Su última obra de arte ha sido un llamativo mosaico, que los autores han colocado
en la fachada del instituto, gracias a la colaboración de la Fundación Municipal
de Cultura y del Centro de Profesores y Recursos. El trabajo está realizado con
cristales, canicas y azulejos descatalogados -al más puro estilo de Gaudí-
que reproducen los doce signos del zodiaco y doce mitos clásicos, en entre los
que se incluye el caballo de Troya, tan de moda por la última versión cinematográfica.
Pero el trabajo no se ha limitado a la realización del mosaico que, por cierto,
llevó su tiempo. Durante el último curso, los alumnos han podido conocer
la historia de esta técnica artística, desde la antigüedad a nuestros
días, y los mejores ejemplos que se pueden observar en Gijón.
El
Comercio Digital
Viernes 21 de Mayo 2004
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